
Su origen se remonta al siglo pasado cuando los inmigrantes japoneses tuvieron que recurrir a ingredientes locales para complementar su comida, encontrando en este país una fuente de innumerables productos tanto de la tierra como del mar que se acoplaban perfectamente al espíritu de cada creación culinaria.
El resultado es una mágica combinación de sabores y texturas dando origen a una cocina que se ha ganado un puesto de honor a nivel mundial ya que la combinación perfecta de los ingredientes crea en el paladar una sensación única e irrepetible.
Es tal la variedad de elementos en esta fusión que ha inspirado a nuestros chefs a desafiar las fronteras de la creatividad, obteniendo un resultado exquisito y diferente.